Llevamos un año sin alimentar nuestro blog, este blog que ha tenido por tótem a un erizo, uno entre tantos, que aún deambula silenciosamente por los campos y bosquetes altzatarras. Como es sabido, el sistema de supervivencia de los erizos se basa en la confianza en sus defensas y en la lentitud. Aunque también, cómo no, corren el riesgo de morir aplastado en el asfalto. Pero no es éste el caso; nuestro erizo sigue vivito y coleando, confiando en sus facultades.
Las últimas elecciones municipales trajeron a Pasaia una corporación más centrada en los problemas reales de los pasaitarras y la “marcha gris” que organizaron sus antecesores ha quedado como aparcada. (No estaría de más conocer qué coste económico le ha supuesto a las arcas municipales las minutas de los cuentacuentos. Pero exigir esto es cosa de los contribuyentes pasaitarras.)
Para nosotros, esta circunstancia, que el cuento de las mugas haya quedado de momento retirado en la estantería, nos va permitir continuar haciendo un seguimiento de la marcha gris sobre Altza, pero ahora en su versión donostiarra. Se trata de una marcha más implacable y destructiva, en cuanto que dispone de todo el apoyo democrático y presupuestario de la ciudad de San Sebastián. Una ciudad que también se ha inventado su cuento, el cuento de la modernidad. Otro cuento.