El Ayuntamiento de Pasaia, con motivo de la celebración del segundo centenario de la fundación la villa, llevó a cabo una campaña en junio pasado a favor de la “restitución” de su término municipal que debería abarcar, según sus tesis, buena parte del antiguo término municipal de Altza.
Altzako Historia Mintegia, —asociación que se interesa por el pasado, presente y futuro de la comunidad altzatarra y su patrimonio— en ese momento calló en espera de la publicación de los argumentos que esgrimía el ayuntamiento pasaitarra y que iban a ser expuestos por medio de un libro. Dicho libro editado por el ayuntamiento y redactado por el historiador David Zapirain con el respaldo de Aranzadi, fue presentado en los cuatro distritos pasaitarras a finales de junio y principios de julio, y distribuido gratuitamente entre los vecinos.
Tras leer con atención los argumentos recogidos en la publicación, y remitiéndonos a los propios datos que el autor desgrana a lo largo del texto, haciendo valoraciones que no compartimos, afirmamos con la mayor rotundidad que esa reivindicación no se ajusta a los datos históricos y que es una grave agresión a la ya de por sí maltrecha Altza, víctima, como Pasaia, de continuas injusticias, y a la que se quiere convertir con esta reclamación en chivo expiatorio de sus males.
Los datos son los siguientes:
- El 21 de julio de 1804 el comisionado real Vargas Ponce redacta para el rey un informe sobre el puerto de Pasajes, al final del cual plantea tres “providencias”:
- La primera habla de “Separar la aldea de Pasajes de la jurisdicción de San Sebastián… y unirla a la villa de Pasajes que está enfrente de ella… Que a esta se le dé de término el cortísimo que en la actualidad tiene, con mas la parte que se estime hasta la sima del monte Ulia… el cual incluya todo el Puerto de Pasajes que hoy llama San Sebastián suyo…”. En este informe, por tanto se enuncia cómo debería ser el término pero no se concreta cuales deberían ser sus límites.
- En las dos provisiones restantes, Vargas Ponce aborda el tema de la titularidad del puerto y su jurisdicción, objetivo principal para el que fue nombrado comisionado: “Volver a declarar que el puerto corresponde únicamente a Su Majestad”. Es decir, que al mismo tiempo que se promueve la creación del municipio pasaitarra se le sustrae a Pasaia el control del puerto, siendo éste, a nuestro entender, el auténtico quid de la cuestión. El objetivo que busca Vargas Ponce con la creación del nuevo municipio es el cerrar el paso de cualquier reivindicación futura de la ciudad de San Sebastián sobre el puerto de Pasajes, después de seiscientos años de control directo sobre el mismo.
- El 1 de junio de 1805 una real orden funda la villa de Pasajes en los siguientes términos: “reducir a una sola Villa en lo civil y eclesiástico a las dos poblaciones de Pasajes, de modo que cada uno de los dos barrios que divide el canal del puerto formen en lo sucesivo la Villa de Pasajes, siendo cada uno parte integrante de ella, y disfrutando ambos de los nuevos términos que Su Majestad ha venido a señalar”. A continuación, ordena cuatro resoluciones más orientadas al control del puerto por parte del estado. Al igual que en el informe de Vargas, mientras que los temas referentes al puerto quedan meridianamente claros, los referentes al término del nuevo municipio quedan sin concretar.
- El 29 de agosto de 1805, Vargas Ponce, -“debiendo su señoría partir a continuar su comisión en otros puntos”, tal y como se señala en el auto promovido por él-, inicia un protocolo ante escribano público con el plano de lo que debería abarcar el municipio de Pasaia. En el auto redactado en el mismo plano, Vargas indica que “ha de tener la indispensable aprobación de su majestad y no está hecha con unánime consentimiento de las partes interesadas en ello”, por lo que ordena se protocole el plano para que “el dicho original si S. M. tiene a bien aprobarlo… o se pueda hacer en él las modificaciones o reformas que sean de su real agrado”. Hasta el presente, no consta que tal aprobación por parte del rey se produjera, siendo esta la razón principal por la que Pasaia nunca ha ejercido jurisdicción alguna en ese término, ni sus vecinos han podido participar como concejantes o concejales en el ayuntamiento pasaitarra.
- El 21 de junio de 1890 el Tribunal contencioso-administrativo dicta una sentencia por la que se concede a Pasaia la jurisdicción sobre los terrenos desecados en la ría de Molinao, correspondientes al distrito de Ancho. En dicha sentencia, el tribunal toma en consideración el plano de Vargas, pero añade también otra consideración: “Considerando que si es cierto que no consta que tales trabajos fuesen aprobados de un modo expreso por el rey…”. Y por esta razón el tribunal se limita a conceder a Pasaia el terreno ganado al mar, hasta donde llega la alta mar que marca la línea que corresponde al puerto, sin entrar en ningún caso a decidir sobre los límites que en esa fecha separaban a los municipios de Pasaia y Altza.
En cualquier caso, si Vargas Ponce hubiera tenido éxito en su empeño, para Altza hubiera supuesto un gran expolio de su patrimonio y una gran injusticia para los vecinos afectados, víctimas sin duda de la máxima ilustrada de “todo por el pueblo pero sin el pueblo”. La totalidad de las tierras que reclama Pasaia son de caseríos altzatarras, cuyos habitantes han sido moradores, vecinos, concejantes o concejables de Altza, feligreses de la parroquia de San Marcial. A lo largo de estos doscientos años, en los periodos de tiempo que Altza ha sido independiente, su ayuntamiento ha ejercido la plena jurisdicción sobre ese territorio, simple y llanamente porque el proyecto de Vargas Ponce logró sus objetivos en el tema del puerto pero se quedó varado en la complejidad de deslindar los terrenos por los que debía pasar la muga.
Pero, además, ¿qué ganaríamos trasladando la problemática de la calle Azkuene al Alto de Miracruz, o de la calle Eskalantegi al paseo de Larratxo? Pasaia, probablemente, recaudaría más impuestos, podría llenar de nuevos barrios los espacios vacíos y, al cabo de unos años, nos encontraríamos con los mismos problemas que sumen al municipio pasaitarra en la desesperación.
El siglo XIX quedó atrás. La historia, como el cuchillo, se puede utilizar tanto para matar como para cocinar, para organizar conflictos o construir un mundo mejor. Nosotros estamos por esto último. Altza comparte con Pasaia un mismo espacio y un mismo futuro. Este pasa por trabajar en común en la creación y gestión de servicios mancomunados que mejoren nuestras condiciones de vida. Cualquier otra reivindicación unilateral sólo redundará en pro de los que buscan su beneficio entre el humo y la confusión.